Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Nuestra Complejidad Congénita

La reconocida escritora espiritual, Ruth Burrows, comienza su autobiografía con estas palabras: “Nací en este mundo con una sensibilidad que me torturó. Durante mucho tiempo me he preguntado las causas de mi angustia psicológica.”

Desafortunadamente, es una desventaja, que demasiadas biografías espirituales no comienzan así, es decir, por reconocer desde el principio la desconcertante complejidad patológica dentro de nuestra propia naturaleza. Nosotros no somos simples en el corazón, la mente y el alma, ni siquiera en el cuerpo. Cada uno de nosotros tiene suficiente complejidad dentro de si mismo para escribir nuestro propio tratado sobre psicología anormal.

Y esa complejidad no solo debe reconocerse, sino que debe respetarse y santificarse porque se deriva no de lo que es peor en nosotros sino de lo que es mejor en nosotros. Somos complejos porque lo que nos seduce por dentro y nos tienta en todas las direcciones no es, ante todo, la astucia del demonio, sino más bien la imagen y semejanza de Dios. Dentro de nosotros hay un fuego divino, una grandeza que nos brinda una profundidad infinita, deseos insaciables y suficiente luminosidad para desconcertar a todo psicólogo. La imagen y semejanza de Dios dentro de nosotros, como escribe Juan de la Cruz, hace que nuestras “cavernas” de corazones, mentes y almas sean demasiado profundas para ser llenadas o entendidas por completo.

Creo que la espiritualidad cristiana, al menos en su predicación y catequesis populares, con demasiada frecuencia no se ha tomado esto lo suficientemente en serio. En resumen, se ha dado demasiado la impresión de que el discipulado cristiano no debería ser complicado: ¡por qué tanta resistencia dentro de ti! ¡Qué sucede contigo! Sin embargo, como sabemos por nuestra propia experiencia, nuestra complejidad innata siempre arroja complicaciones y resistencias para convertirnos en un santo, para “querer una única cosa”. Además, debido a que nuestra complejidad no ha sido reconocida y honrada espiritualmente, a menudo nos sentimos culpables: ¿por qué soy tan complicado? ¿Por qué tengo todas estas preguntas? ¿Por qué estoy tan a menudo confundido? ¿Por qué el sexo es un impulso tan poderoso? ¿Por qué tengo tantas tentaciones?

La respuesta simple: porque nacemos con el fuego divino adentro. Por lo tanto, la fuente de tantas de nuestras confusiones, tentaciones y resistencias proviene tanto de las artimañas de Satanás como del mundo.

¿Qué deberíamos hacer frente a nuestra propia complejidad desconcertante?

Algunos consejos para el largo recorrido:

  1. Honra y santifica tu complejidad: acepta que este es un regalo que Dios te ha dado y, al final del día, es lo mejor dentro de ti. Es lo que te separa de las plantas y los animales. Su naturaleza es simple, sin embargo, tener un alma inmortal e infinita genera muchas complicaciones mientras
    luchas por vivir tu vida dentro de la finitud que te acosa.
  2. Nunca subestimes tu complejidad, incluso si te resistes a masajearla: reconoce y respeta a los “demonios y ángeles” que deambulan libremente por tu corazón y tu mente. Pero tampoco masajees tu complejidad, imaginándote a ti mismo como el artista atormentado o como el existencialista que está heroicamente fuera de sintonía con la vida.
  3. Hazte amigo de tu sombra: es la luminosidad que tú has separado. Lentamente, con la debida precaución y apoyo, comienza a enfrentar las cosas internas que te asustan.
  4. Santifica el poder y el lugar de la sexualidad dentro de ti: eres incurablemente sexual y por una razón divina. Nunca niegue o denigre el poder de la sexualidad, incluso si la lleva con una castidad adecuada.
  5. Nombra tus heridas, llóralas, llora tu falta de consumación. Cualquier herida que no llores eventualmente te morderá. Acepta y llora el hecho de que aquí, en esta vida, no hay una sinfonía completa.
  6. Nunca dejes que el “impulso trascendental” dentro de ti se drogue o sea encarcelado. Tu complejidad continuamente te permite saber que estás construido para algo más que esta vida. Nunca amortigües este impulso dentro de ti. Aprende a reconocer, a través de tus frustraciones y fantasías, las formas en que a menudo te aprisiona.
  7. Trata de encontrar un “amor superior” por el cual trascender el poder más inmediato de tus instintos naturales. Todos los milagros comienzan con el enamoramiento. Santifica tus impulsos y tentaciones espontáneas buscando ese amor más alto y un valor más alto hacia el que apuntan. Ofrece por los demás tu altruismo y la mirada de admiración se sentirá tan bien y considerada que hará realidad lo que realmente anhela.
  8. Deja que tu propia complejidad te enseñe comprensión y empatía. Al estar en contacto con tu propia complejidad, eventualmente aprenderás que nada es extraño para ti y que lo que ves en los noticieros de cada día refleja lo que hay dentro de ti.
  9. Perdónate a menudo. Tu complejidad te hará tropezar muchas veces, por lo que deberás perdonarte muchas veces. Vive, sabiendo que la misericordia de Dios es un pozo que nunca se agota.
  10. Vive bajo la paciencia y comprensión de Dios. Dios es tu constructor, el arquitecto que te construyó y que es responsable de tu complejidad. Confía en que Dios entiende. Confía en que Dios está más ansioso por ti que tú por ti mismo. El Dios que sabe todas las cosas también sabe y aprecia el por qué luchas.

Por P. Ron Rolheiser, OMI (Trad. por Julia Hinojosa). Este artículo apareció originalmente en ronrolheiser.com.

P. Rolheiser es un es un sacerdote Católico Romano, miembro de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, y presidente de Oblate School of Theology. Rolheiser es un teólogo, profesor, y un autor premiado. Aparte de su conocimiento académico en teología sistemática y filosofía, él se ha convertido en un orador popular en espiritualidad y religión contemporáneas y en el mundo secular. El escribe en un artículo semanal que es llevado a más de 70 periódicos de todo el mundo.

More Articles

febrero 22, 2023
Ash Wednesday
febrero 20, 2023
Missionary Zeal Grows out of Love
febrero 17, 2023
February 17: A Source of Gratitude and Propulsion for Every Member of the Mazenodian Family?
febrero 16, 2023
17 February 1826: The Church Recognizes that Eugene’s Missionary Family is a God-Given Charism for Us Today
febrero 15, 2023
God, Send Me Anywhere, Only Go With Me
febrero 14, 2023
Mary ad Model and Missionary Guide

Connect with OST

To contact us, please fill out this form and we’ll promptly get in touch to answer your questions.

"*" indicates required fields

Name*